La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) paralela afín a Evo Morales ratificó el bloqueo de caminos desde el 4 de septiembre exigiendo la devolución de su sede en La Paz y el reconocimiento del Gobierno nacional.
Humberto Claros, el dirigente del bloque paralelo, indicó que los afiliados a su sector activarán la medida de presión desde las cero horas del lunes 4 de septiembre, aunque “por estrategia” no precisó los puntos de protesta, pero aclaró que “los bloqueos se van a desarrollar en la jurisdicción del movimiento campesino”, según dijo a la televisora Unitel.
“Aunque no se diga nada, es ratificado el bloqueo. Hay que dejar claro, nosotros hemos entregado nuestro pliego de demandas al Gobierno de Lucho Arce y no tenemos ninguna respuesta formal, hasta este momento, ni de diálogo, ni de otra índole”, indicó.
Para el dirigente de la facción «evista» al presidente Luis Arce le interesa que haya bloqueos y por eso no convocó a una mesa de diálogo.
«¿A quién le interesa el bloqueo? Me parece que a Lucho Arce le interesa que bloqueemos, ¿no?”, dijo Claros.
El conflicto deriva de la pugna de poder en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), que a la fecha es administrado por el dirigente Lucio Quispe.
Claros es parte de la dirigencia del bloque liderado por Ponciano Santos Cruz, que fue elegido por una parte de los campesinos afines a Evo Morales.
“Nosotros estamos en defensa absoluta del instrumento político, dejar de manipular el aparato judicial para intentar proscribir al instrumento político, dijo Claros.
También criticaron la gestión del Gobierno en asuntos productivos y de economía.
Ante la amenaza de los bloqueos, el Gobierno señaló que cada día de protesta deja pérdidas por 115 millones de dólares.